Gastón
Cornejo Bascopé
Cochabamba,
17 de mayo de 2020.
Bella pintura
de Charles Edward Perugini, 1839-1918, óleo sobre lienzo. Pintor inglés nacido
en Italia de la época victoriana.
GLOSA
Se trata
de un artículo de una humanista de Presenzza, estupendo con mensaje de cultura
y mitología griega sublimados en contexto con la pandemia que padecemos y la
esperanzada conclusión que esperamos llegue a nivel planetario, prontamente.
Cuando
antaño los médicos recibíamos un Abdomen
agudo, es decir un cuadro doloroso abdominal agudo, en el cerebro del
galeno se abría un esquema diagnóstico de patologías múltiples, unas de
tratamiento quirúrgico perentorio, otras de terapéutica médica suficiente.
Frente a
la diversidad de cuadros, hemorragias, perforaciones, peritonitis, traumas viscerales,
obstrucciones, etc., disponíamos solo de las manos abiertas sobre el abdomen, el
fonendoscopio para escuchar el peristaltismo o el silencio pre mortal, la
percusión, la observación clínica; la semiología francesa en su pericia y el
pronóstico reservado o benigno trascendía inmediato. Una punción abdominal nos
aproximaba al diagnóstico así como una toma de temperatura axilar y rectal nos
mostraba la presencia del foco inflamatorio. Actualmente, los médicos disponen
de una ecografía, tomografía, resonancia magnética (de elevado costo) clarifican
la situación y por ende la toma de decisiones.
Bueno, antaño
trasladábamos el pensamiento a la antigua Grecia y al Olimpo donde moran las
figuras solemnes de Hesíodo y repetíamos
la sentencia: “el abdomen es una Caja de
Pandora”, podía ser cualquier cosa y cuando en la duda abríamos la pared
abdominal retirábamos los males a veces incurables, pero también salía la
esperanza, la opción de ganar la maravillosa vida en bien de nuestros queridos enfermos.
De eso se trata hoy; sin perder interés leamos el artículo recomendado a los
profanos:
“Parece que una caja de Pandora de enfermedad
y muerte ha sido abierta por el virus que ha estado causando estragos en todo
el planeta.
Pero, cuando todo está dicho y
hecho, ¿es esta última pandemia una bendición o una pesadilla? ¿Está la
humanidad condenada a una caja de Pandora de males y maldades sin fin? ¿La
esperanza que permanece encerrada es una maldición, una falsa esperanza?
¿O un regalo de los dioses que puede inspirarnos hacia una imagen optimista del
futuro?
Tal vez, la historia de Pandora,
tal como se cuenta y se vuelve a contar, tenga pistas en el relato que pueden
llevarnos a encontrar la esperanza incluso en los tiempos más sombríos.
En la mitología griega, Pandora
fue la primera mujer en la tierra, su nombre significa «La que lleva todos los
regalos». Su historia se cuenta en la Teogonía de Hesíodo. Prometeo roba el
fuego de los cielos y lo concede como un beneficio para la humanidad. Esto
enfurece a Zeus, rey de los dioses, que diseña un plan para castigar a Prometeo
por haber robado el fuego divino. Zeus encarga a Hefesto, dios del fuego y
patrono de los artesanos, que cree a una mujer, a la que los dioses le conceden
sus mejores regalos. Hefesto la crea de arcilla, dándole una forma perfecta.
Afrodita le da su feminidad, Atenea le enseña sus artesanías mientras que
Hermes, bajo órdenes de Zeus, le enseña a ser terca y curiosa. Zeus entonces le
da un «pithos» que literalmente se traduce como jarro (pero más tarde fue mal
traducido por el humanista del Renacimiento, Erasmo, para significar «caja»),
diciéndole que contiene regalos especiales de ellos. Pero no se le permite
abrir la caja nunca.
Hermes la lleva a Epimeteo,
hermano de Prometeo, para ser su esposa. Prometeo había aconsejado a Epimeteo
que no aceptara nada de los Dioses, pero cuando vio la belleza de Pandora, se
enamoró de ella, haciendo caso omiso del consejo de su hermano.
Pandora es incapaz de contener su
curiosidad, y abre el frasco, liberando en el mundo las enfermedades, la muerte
y todo tipo de desgracias y males, pero cierra la tapa antes de que la
Esperanza pueda escapar. Según Hesíodo, Zeus quiso que la Esperanza se quedara
dentro porque quería que los mortales sufrieran para entender que no debían
desobedecer a sus dioses.
Esta visión «pesimista», de que
la humanidad está «condenada» a sufrir todo tipo de males y desgracias porque
la esperanza permanece encerrada, incapaz de salir, es compartida por el
filósofo Friedrich Nietzsche. En Humano, demasiado humano,
argumenta que «Zeus no quería que el hombre desperdiciara su vida, por mucho
que le atormentaran los demás males, sino que siguiera dejándose atormentar una
vez más. Con ese fin, le da al hombre esperanza. En verdad, es el más grande de
los males porque prolonga el tormento del hombre».
Pero en un importante abandono de
Hesíodo, el poeta elegíaco griego del siglo VI a.C., Teágenes de Mágara,
escribe:
La
esperanza es el único dios gentil que queda en la humanidad; los otros se han
ido y han partido al Olimpo.
La
confianza, un dios poderoso se ha ido, el Temple ha abandonado a los
hombres, y las Gracias, amigo mío, han abandonado la tierra.
Los
juramentos de los hombres ya no son de confianza, ni no lo es nadie que venere
a los dioses inmortales; la raza de hombres piadosos ha perecido y los hombres
ya no reconocen las reglas de conducta o los actos de piedad.
El poema implica que el
jarro/caja también contenía bendiciones. Una vez cerrada la tapa, sólo queda la
esperanza, «prometiendo que nos concederá a cada uno de nosotros las cosas
buenas que se han perdido».
Durante el Renacimiento, dos
influyentes escritores humanistas reformulan este mito. Andrea Alciato en su
Emblema, 1534, muestra a la diosa Esperanza sentada en un jarro, diciendo:
«Me quedé sola en casa cuando
los males se agitaban por todas partes, como la venerada musa del viejo
poeta [Hesíodo] te ha dicho».
El poeta neolatino Gabriele
Faerno en su colección de cien fábulas, Fabulae Centum, de 1563,
aborda en un poema el origen de la esperanza como lo que queda de las
«bendiciones universales» que han escapado:
«De todas las cosas buenas de
las que carecen los mortales, Sólo la Esperanza en el alma es la que
permanece».
¿Esperanza para siempre encerrada
o una de las bendiciones restantes que vienen de los dioses?
Sea cual sea la forma en que lo
veamos, la esperanza permanece.
“La
esperanza, que ha servido como nuestra musa a través de los tiempos,
aprisionada con todas las cosas aterradoras que han pasado y que podrían pasar,
podría ser una fuerza formidable para el bien, formidable de hecho una vez sea
desatada”
Tal vez, gracias a esta crisis,
algunas de esas esperanzas ya están emergiendo de la caja de Pandora.
Con todo lo que estamos
experimentando hoy en día y al darnos cuenta de lo interconectados que estamos
todos, están surgiendo esperanza en común.
El acceso a los alimentos que nos
nutren, que estén disponibles de manera más accesible.
Vivienda, educación, servicios
básicos, buena atención médica para todos y no sólo para unos pocos
privilegiados que la pueden pagar.
Un liderazgo que priorice las
necesidades de las personas por encima de todas las demás cosas.
Un futuro mejor para nuestros
hijos. Un futuro seguro, libre de miedos y ansiedades a lo largo de la vida y
el crecimiento.
La caja de Pandora no tiene por
qué permanecer cerrada. Hoy en día, lo que sale de ella es nuestra esperanza y
nuestro trabajo.
Notas a pie de página: (fuentes:
Wikipedia, Enciclopedia Británica)
1. La Teogonía, es decir, «la genealogía o nacimiento
de los dioses» es un poema de Hesíodo (siglo VIII – VII a.C.) que describe los
orígenes y genealogías de los dioses griegos, compuesto c. 730-700 a.C. Está
escrito en el dialecto épico del griego antiguo y contiene 1022 líneas. La
teogonía de Hesíodo es una síntesis a gran escala de una gran variedad de
tradiciones griegas locales relativas a los dioses, organizadas como una narración
que cuenta cómo llegaron a existir y cómo establecieron un control permanente
sobre el cosmos. Es la primera cosmogonía mítica griega conocida. Las
teogonías forman parte de la mitología griega que encarna el deseo de articular
la realidad en su conjunto; este impulso universalizador fue fundamental para
los primeros proyectos posteriores de teorización especulativa.
2. Trabajos y Días es un poema didáctico escrito por
el antiguo poeta griego Hesíodo alrededor del 700 a.C. Es quizás más conocido
por sus dos etiologías mitológicas del trabajo y el dolor que definen la
condición humana: la historia de Prometeo y Pandora, y el llamado Mito de las
Cinco Edades.
De: Hesíodo, Obras y Días
«Antes de aquel día, las
generaciones de hombres vivían sobre la tierra exentas de males, y del rudo
trabajo, y de las enfermedades crueles que acarrean la muerte a los hombres.
Porque ahora los mortales envejecen entre miserias.
Y aquella mujer, levantando la
tapa de un gran vaso que tenía en sus manos esparció sobre los hombres las
miserias horribles. Únicamente la Esperanza quedó en el vaso, detenida en los
bordes, y no echó a volar porque Pandora había vuelto a cerrar la tapa por
orden de Zeus tempestuoso que amontona las nubes.
Y he aquí que se esparcen
innumerables males entre los hombres, y llenan la tierra y cubren el mar; noche
y día abruman las enfermedades a los hombres, trayéndoles en silencio todos los
dolores porque el sabio Zeus les ha negado la voz. Y así es que nadie puede
evitar la voluntad de Zeus.»
3. Teágenes de Mégara fue un poeta lírico griego
activo durante el siglo VI a.C. Junto con Homero, Hesíodo y los autores
de los Himnos Homéricos, es uno de los primeros poetas cuya obra se ha
conservado en una tradición manuscrita continua.
4. Andrea Alciato (8 de mayo de 1492 – 12 de enero de
1550) fue un jurista y escritor italiano, considerado el fundador de la escuela
francesa de humanistas jurídicos. Un emblemata es un libro que recoge
ilustraciones alegóricas con un texto explicativo, típicamente moral o poemas.
Este tipo de libros fue popular en Europa durante los siglos XVI y XVII. Los
libros emblemáticos son colecciones de conjuntos de tres elementos: un icono o
imagen, un lema y un texto que explica la conexión entre la imagen y el lema.
Los libros emblemáticos descienden de los bestiarios medievales que explicaban
la importancia de los animales, los proverbios y las fábulas.
5. Gabriele Faerno (ca. 1512/13-1583) fue un
meticuloso erudito italiano y un elegante poeta latino que es más conocido
ahora por su colección de Fábulas de Esopo en verso latino.
COLOFON
Al
formarnos médicos nos aproximamos obligatoriamente a las divinidades gracias a
la teo-visión innata que nos conforma y que en los principiados se aviva como
brasa ardiente.
Concluimos
estudios Jurando a Hipócrates, respetando a Asclepio, a Kirón, Zeus, Hermes,
Mercurio, Atenea, Prometeo, a las Gracias; enamorados de la belleza, Afrodita
en el corazón, Baco y Cupido nos consuelan y toda esta teogonía nos acompaña en
la senda llena de cruces de la vida médica.
Ahora se
trata de mantener abierta la Caja de Pandora y lograr que la esperanza libertada,
brille en nuestro cielo, en nuestro planeta hogar, Galia, la Madre Tierra.
Que
pasado el azote bacteriológico construido por mentes insanas, se renueve otra
relación constructiva, fraternal, cuidadosa, ética y en términos de piedad se haga
realidad la utopía de habitar una Nación Humana Universal donde el amor y la
paz sean presencia al infinito.
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