Gastón
Cornejo Bascopé
Sociedad
de Geografía, Historia y Estudios Geopolíticos
Cochabamba
Septiembre
2017
Cuánto
honor me conceden mis hermanos historiadores
de la Asociación de Investigaciones Históricos-Sociales de Cochabamba
“Alejo Calatayud” con la encomienda de comentar la obra titulada Cochabamba entre el Hielo y el Fuego, elaborada
con motivo del Bicentenario de la muerte del Gral. Esteban Mariano Arze, de
Soria y Alba.
La
Ley regional del 28 de enero de 2014, lo declaró héroe de Cochabamba, ordenó gestionar
su ascenso póstumo y difundir su
biografía. La Ley 601 de noviembre de ese mismo año lo declara héroe nacional,
ratificando la recuperación de su memoria “para
su promoción y difusión con fines educativos y culturales”. La Secretaría
de Cultura de la Municipalidad de Cochabamba patrocina y cumple la ordenanza.
Consigno entre comillas
los fines de la ley nacional por considerar ambas normas mezquinas en sus
considerandos, ya que el héroe departamental y nacional, no lo fue solo por sus
gestos militares sino por ser el pionero en el imaginario de una nueva patria
soberana, quince años antes de la fundación de Bolivia; el ejecutor primario en
la brega por la creación de una nación autónoma y el personaje de ejemplar
valentía y entrega existencial (en bienes y acciones personales) en una empresa
de sacrificio e inmolación por alcanzar un ideal de trascendental grandeza. Nuestro
héroe máximo tenía in mente la patria mucho antes de Casimiro Olañeta,
Francisco Burdett O´Connor y Antonio José de Sucre en su ingreso al Alto Perú
en 1825. Proclamó: ¡Ni con Lima, ni con Buenos Aires! ¡patria independiente! ¡libertad
completa! Aquello no gustó a los argentinos.
Además, fue un referente de
consagración y honestidad total de polarización ante los egoísmos humanos y las
torpezas que caracterizaron a los comandantes de los ejércitos auxiliares, particularmente
a Belgrano, Pueyrredón y Álvarez de Arenales.
Felizmente, para la
historia del prócer y nuestro contentamiento, ya existía la Ordenanza del 12 de
septiembre de 1947 en la que el Gobierno de la nación y la H. Municipalidad de
Cochabamba, al instruir que fueran trasladados sus restos de Santa Ana de
Yacuma a nuestra ciudad para ser depositados en una urna de plata en la
Catedral, lo declararon héroe máximo de la Independencia y honraron su memoria
ya consagrada como la del primer general altoperuano atendiendo al reconocimiento
de autoridades nacionales y argentinas. El pueblo le dio en esa fecha el título
de “Caudillo de los Valles, Caballero de
la Libertad, símbolo de justicia y luz”.
Los
autores que participan con sus valiosos trabajos en el presente libro son de
reconocida trayectoria contemporánea; no están inscritos en el índice por la
humildad que caracteriza su nobleza
personal pero yo los hube identificado inmediatamente: Ítala de Mamán,
Rosa Elena Novillo Gómez, Juan Clavijo Román, Edmundo Arze, Jaime de la Fuente
Patiño, Teófilo Manzano, Franklin Arze de la Barra, Malena Torrez Reque,
Oswaldo Trigo Quispe, Roberto Ágreda Maldonado, Stefan Gurtner, Rolando Ariel
Balderrama.
La
estupenda obra de rememoración histórica contiene una treintena de relevantes
estudios biográficos, homenajes y premios alusivos al personaje, las normas
decretadas e inclusive un extracto del guión de teatro y película sobre la
batalla de Aroma.
Todos
los escritos son importantes y han sido diseñados en una secuencia armónica,
didáctica en el contexto de sus merecimientos. Resulta imposible sostener una
relevancia cualitativa de algún capítulo sobre el conjunto; todos han sido
pergeñados cuidadosamente, con rigor histórico, imprescindible bibliografía y
sensibilidad afectiva, plasmados en la obra.
Particularmente,
menciono la valiosa introducción de contexto histórico donde está inscrita la
extraordinaria oratoria y mensaje en el discurso de Dionisio Uchu Inca Yupanqui,
reproducida en el trabajo de Rosa Elena Novillo Gómez; la didáctica ilustración
geográfica de las batallas de 1810-1812 de Juan Clavijo Guzmán. La profundidad alcanzada
en la investigación histórica de Edmundo Arze y Juan de la Fuente Patiño sobre
los sucesos revolucionarios comandados por Esteban Arze en 1810 con la versión
inédita de Mariano Vergara; ambos ponen los puntos sobre las íes y dan fin a
toda polémica de suspicacia histórica.
El Primer y Segundo Ejército Auxiliar Argentino
en el Proceso de la Independencia
es un esquemático y fecundo ensayo de
Teófilo Manzano sobre las consecuencias, los triunfos, las derrotas y la claudicación
militar con las determinantes posteriores conocidas. Este aspecto será motivo
de un congreso binacional organizado por el Instituto Belgraniano argentino y
la Sociedad de Historia de Tarija entre el 19 y el 21 de octubre próximo.
La Segunda Revolución de
Cochabamba,
de la reconocida historiadora Ítala de Mamán, es un exhaustivo ensayo en el
cual se detalla todo el proceso heroico de 1812, el holocausto femenino, el
sello informativo de Francisco Turpín y la evocación del “Diario del Comandante
de la Independencia Americana” de José Santos Vargas o el Tambor Vargas; en
todo el trabajo la autora consagra el espíritu heroico e indómito del
cochabambino. El texto concede el calificativo de excelencia al libro que
comento.
Escuchamos
la hermosa conferencia de Rosa Elena Novillo en febrero de 2015, Semblanza del caudillo de los Valles; ahora
magistralmente escrita. Es notorio el acento patético cuando trata el confinamiento
y la muerte del héroe. La historiadora tiene otro significativo relato sobre el
Pasquín en la Independencia. Solicito
su licencia para adjuntar el epitafio de Bernardo Monteagudo a mi colección de análogos
célebres de publicación próxima.
Finaliza
el primer capítulo con un escrito estrella, el de Franklin Arze de la Barra: El Destierro y Muerte de Esteban Arze. Con
una prosa veraz y reflexiva, incide en la culminación alcanzada por el gran
personaje tocando fondo al utilizar expresiones graves, pensamientos severos y
críticos. Aquello de que el ser humano tiene una importante información al
tiempo de nacer sobre la cual acumula datos toda la vida, es absolutamente
cierto y científico, así lo afirman los maestros de la escuela psicopedagógica
moderna. Las conclusiones a las que llega son taxativas, concretas y reales, referidas
a la composición de las fuerzas tarateñas en la batalla de La Florida y el
objetivo de Álvarez de Arenales de apropiarse de esos pertrechos bélicos y defenestrar
al patriota. Esteban Arze nació rico y murió harapiento. Antonio Álvarez de Arenales
era pobre y murió enriquecido y próspero. Dos destinos humanos divergentes. Arze
está en la gloria, Arenales en el triste cementerio de una provincia
altoperuana fronteriza.
Malena
Torrez Reque compendia en la segunda sección del libro, los homenajes, las
publicaciones de la Gaceta de Buenos Aires, los escritos de Bartolomé Mitre, de
Carlos Calvo, de los patriotas del Cusco y del propio héroe; despachos y
nombramientos de la Junta de gobierno de Buenos Aires que le concedían grados y
autoridad militar; está la hermosa Proclama
a los Cochabambinos y el homenaje de Matías Artieda y Solís. Finalmente, los poemas de evocación.
Ha
sido grato leer los versos completos del poema “Romance del Héroe” de Javier del Granado que en otras obras se
muestra recortado de sus párrafos; repetir en voz alta los bellos poemas de
José Macedonio Urquidi y Juan José Quezada Ferrufino. A propósito, por
asociación, pienso en el insigne poeta, honorable munícipe Manuel Paz
Arauco, en el discurso pronunciado en la cima de la Colina de San Sebastián el
27 de Mayo de 1912 como otra gema literaria que hubiera agregado brillo al
presente trabajo histórico.
Algunos
detalles imprescindibles al margen es imposible de soslayar en el comentario.
AUTORES.
En el sentir histórico regional, en homenaje a los intelectuales calificados, cuando
se hable de Esteban Arze, emergerán siempre en impronta de honor los clásicos por
todos conocidos. Ahora, están
junto a ellos los
respetables autores del presente florilegio histórico.
FUENTES. PROCESO DE VALLE GRANDE. Resulta importante insistir en la investigación
continua de fuentes primarias como las que se exponen en el libro actual y
otras aún no muy desarrolladas tales como los archivos de Arenales en Salta, de
Goyeneche en Madrid (Servetto conoció el índice de documentos), de Pueyrredón
en Buenos Aires, de Sevilla en España. Se sabe que en el primero, cuyo listado
de contenidos digitalizados fue proporcionado por el excónsul Gabriel Servetto como un regalo de despedida a nuestra Casa de la Cultura y a la
universidad Gabriel René Moreno, está registrado todo el proceso al Gral. Esteban
Arze, (Sala VII, “Índice: caja Nº 14 K-VI-N: inventario de
documentos 001207-001335. Título Campaña del Alto Perú, pág. 23. Paquete Nº 2 “Sumaria
sobre la conjuración intentada por D. Manuel Blanco y D. Esteban Arze con sus
incidencias. Diciembre 23. 1813. Valle Grande. 27 fojas útiles mayores y
menores). Me parece guardar datos distintos de los publicados en la página
113.Tal estudio debe ser efectuado por un equipo de juristas con amplios
conocimientos históricos; la prevaricación ha debido ser real.
Según
José Macedonio Urquidi, el juicio fue instaurado abruptamente por Arenales al acusar
a Manuel Blanco y Esteban Arze por pretender el gobierno de Cochabamba (Según
Servetto y Ramon Rocha Monroy “Los Tiempos 25 mayo de 2013, Arze volvió a tomar
Cochabamba), además, por desprestigiar y calumniar a oficiales argentinos, incumplir
órdenes e instigar animadversión contra el ejército del Río de la Plata. Sabemos
que fue refrendado con tres testigos, sin abogado defensor, apenas un notario y
como juez el propio Arenales quién dispuso, el 24 de diciembre de 1813, el
retiro del ejército y la proscripción.
A
la distancia del tiempo, la verdad histórica se revela evidente. Sabemos que
varios fueron los despachos de ascenso y distinciones conferidas por Buenos
Aires que reconocían el esfuerzo del patriota cuando lo designaban “Comandante general interino con mando
independiente y absoluto de las armas, de los partidos de su comprensión como
de cuantos pueblos y territorios fuesen sometidos y recuperados de la opresión
del enemigo”.
Con
seguridad que existían diferencias personales con Álvarez de Arenales en el mando
y en la estrategia de guerra - aún ardía la equivocada de Castelli de alejar a
retaguardia a Rivero y Arze en Guaqui-, el cuestionamiento a la prepotencia
argentina de Castelli, Balcarce, Díaz Vélez y Pueyredón; la denuncia de sustracción
de caudales de Potosí por los comandos argentinos de Belgrano y Pueyrredón; la
arrogancia del primero que incluso ordenó volar la Casa de la Moneda, audacia felizmente
desobedecida por los potosinos.
Se
afirma que falleció de malaria a la edad de 49 años (pág. 113); de enfermedad
tropical, fiebre amarilla, según otras versiones; de hambre, abandono, soledad
y miseria “con un tomín en su bolsita”, según el gobernador Pedro Ahumada, cual
sucedió con César Vallejo en París según mi parecer; nuestro héroe – repitiendo
el escrito de Humberto Guzmán Arze - “en
un retiro funerario, se aproximó a la muerte, con idéntico recogimiento al
refugio bolivariano de Santa Marta, como a la humilde estancia de Yacuma, se
entregó a la mística conformidad de Cristo. Se incorporó al ámbito viscoso de
las sombras pero fue señalado por la historia, por el privilegio de apresar el
ideal, como un cuerpo sin límite y sin época, porque él es eterno”.
Cabría
rescatar para el Municipio del Cercado o de Tarata, como un patrimonio artístico
cultural selecto el mural titulado “Alegoría
de Cochabamba. El Sueño de Esteban
Arze” cuya autoría es del artista Arturo Reque Meruvia, reproducido por
Wilson García Mérida en la revista del Centenario de la Taquiña.
Incido
en Emblemas de Cochabamba heroica,
con el lábaro Bandera roja de Alejo
Calatayud y el agregado de sol naciente y leyenda: “Valor y constancia contra la tiranía” de Esteban Arze, así como el
blasón original de Cochabamba pintado por Adela Zamudio en tiempo de la Guerra
del Pacífico. Se debiera debatir el extraño escudo municipal originado en una
toma fotográfica extraída del libro de Roberto Levillier con significado espurio
para Cochabamba heroica, del blasón de Toledo, el virrey genocida. (Don Francisco de Toledo. Su vida y su obra.
Supremo organizador del Perú. Tomo II. 1570-1572. Informaciones de los Incas
del Perú. Espasa-Calpe. Buenos Aires.
1940).
Insisto
en que todos los ensayos de “Cochabamba
entre el Hielo y el Fuego” merecen un gran aplauso ciudadano en premio el
esfuerzo patriótico, la investigación laboriosa y la exaltación homenaje al
primer héroe del Alto Perú.
Ahora
vayan algunas reflexiones: Los rescates de insumos históricos de estima
pedagógica son importantes, sobre todo hoy en día, en nuestra patria, porque so
pretexto de vengar un pasado de exclusión social, se intenta borrar todo el criollismo
pretérito de apego al nuevo suelo que inspiró origen, sentido de patria y
además revolucionario; minimizar el grandioso mestizaje a partir del tiempo
colonial, la independencia y la república. Junto a esta intencionalidad maligna,
se atenta contra el Estado multiétnico originario que aprueba un proyecto de
etnocidio y ecocidio irreversible y fatal. Se echa por la borda el intercambio de genomas de todos los sustratos
humanos en la dinámica de la convivencia social así como la selección antropológica
de valores éticos, espirituales y humanistas logrados y perfilados a lo largo
de nuestra evolución histórica nacional hasta el presente.
Un pensamiento es absolutamente comprobable:
Cochabamba y sus héroes, encabezados por nuestro capitán, ha sido siempre
motivo de admiración por sus gestos de heroísmo ante la adversidad y vanguardia
creativa en procura de la unidad patria; voz profunda de rebeldía ante la
tiranía y el oscurantismo.
Para
concluir el comentario, es imposible dejar de mencionar la arenga profética de
Arze a los compañeros vallunos, “huauqques”, a quienes se ordenó para el tiempo
histórico la estrategia de astucia ¡Huincui huauqqes! ¡sayariy! Y el golpe victorioso y mortal de ¡Huactay huauqqe! propinado con toda la cólera
reprimida, en Sica Sica, contra Piérola y sus realistas cusqueños. Tal expresión feroz siempre será repetida contra los
negociantes y traidores del destino glorioso de la patria. Están identificados
plenamente para recibir en la testa la macana mortal de Aroma.
“Porque
esta patria que amamos, hecha de fuego y aurora, te bendice y te invoca, como
al más bravo caudillo de los que ilustra su historia”.
Vivirá
siempre en su tierra el General Esteban Arze con el férvido clamor de su roja
bandera y el himno inmortal de sus hazañas.
Aplausos
a los autores y al hermoso libro
COCHABAMBA
ENTRE EL HIELO Y EL FUEGO.
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