Gastón Cornejo Bascopé
Cochabamba, abril 2017
En el Cine Club asistí
el “Lunes de película” a ver el film chileno que tiene el título del poeta a
quien conocí en Santiago gracias al dramaturgo Pedro de la Barra, esposo de una
familiar, en agosto de 1952.
En ese año justamente,
Neruda retornaba de su periplo europeo. Ya había alcanzado la fama de
diplomático protector de las víctimas de la guerra civil española, poeta
relevante y polémico. Recibido con repudio y temor por los círculos
conservadores de su patria, con esperanza y enorme expectativa por el verdadero
pueblo de Chile. Me interrogó interesado por la revolución de abril y del porvenir de Bolivia en justicia
y redención social. En ese entonces, yo no conocía su hermosa trayectoria de
poeta titular del partido de Emilio Recabarren comprometido con la lucha obrera
que iniciaba el ascenso de Salvador Allende, el gran médico chileno victimado como nuestro
Gualberto Villarroel.
Tampoco sabía que llegó
a senador apoyando a Gabriel Gonzales Videla, personaje que una vez posesionado
arrasó con todos los comunistas y demócratas de su país. El senador Neruda lanzó
su catilinaria, “Yo acuso”, en el
congreso, pasó a la clandestinidad y fugó por la cordillera hacia Argentina
perseguido por los esbirros del traidor.
De eso trata la película
chilena de Pablo Larraín, premiada y calificada como la Mejor Película
Extranjera. Si bien, el actor tiene alguna semejanza fisonómica con el poeta, ésta
resulta -para quien conoce la grandeza de su epopeya existencial- equivoca y contradictoria.
El bardo del Canto General mostrado
con torpeza, frecuentando lupanares, bailando desnudo entre meretrices, besado
por otro de sexo equivocado, grosero en su parlamento, coprólalo a la chilena,
ordinario, alcohólico, vulgarizado al extremo. Delia del Carril, la mejor
lograda así como la breve actuación del Judas americano, el autor de la Ley
Maldita. El detective que lo persigue deconstruye el mito “jugando un poco con
su figura”, aparece con frecuencia petulante a lo largo del film y es la voz
relatora que no es posible asumir por el fracaso total del sonido y el discurso
incomprensible del acontecer humano tratado. La fotografía imprecisa quiso
ofrecer una atmósfera poética de irrealidad sin lograr éxito. En resumen, para
mi sentir afectivo admirador de lo clásico, resultó una ofensa al sentimiento,
al poeta y a la poesía.
Es criticable la intencionalidad
desmitificante propuesta por la postmodernidad. El film es un mediocre trabajo del
género policial, ninguna siembre de grandeza, de mensaje educativo, de relevancia
artística. Comparada con El Cartero, se aplazó vergonzosamente.
En 1971, Neruda ganó el
Premio Nóbel de Literatura. Sus numerosas obras ganaron el mundo. En Machu
Pichu generó el más importante homenaje al hombre americano, sus Odas nos
aproximan a la esencia de la naturaleza , su canto de prosa poética es sublime,
su trascendencia política y literaria
constituye un legado cultural superior. En el Estadio Nacional expresó a su pueblo: “Ya pasara la tierra de las manos de los saciados
a las manos de los hambrientos. Gracias
por el reconocimiento que otros nuevos poetas recibirán también de ustedes.
Porque la vida, la lucha, la poesía, continuarán viviendo cuando yo sea un
pequeño recuerdo en el luminoso camino de Chile”.
Decididamente, nuestros
films “Boquerón” y “Juana Asurduy de Padilla”, son
superiores en calidad artística y en mensaje.
MUERE LENTAMENTE
Pablo Neruda |
Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su vestimenta
o bien no conversa con quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión
y su remolino de emociones,
justamente éstas que regresan el brillo a los ojos
y restauran los corazones destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está
infeliz con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto
para ir atrás de un sueño,
quien no se permite,
ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos.
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡Hazlo ya!
No te dejes morir lentamente.
Disfruta de la vida a tu velocidad.
No te impidas ser feliz.
¡Haz tuya la felicidad!
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario