Gastón Cornejo Bascopé
SENADOR DE BOLIVIA
Cochabamba, 6 de agosto 2017
En la comisión del
Senado de 2009 se descubrió el inmenso sobreprecio de 100 millones de dólares
en la construcción de esa carretera, corregido en concepto de José María
Bakovic a 200 millones. Existían 22 adendas al contrato original que favorecía
a la empresa OAS-ODEBRECH de Brasil. Gracias a la movilización indígena y popular se desestimó seguir adelante. Luego vino
Chaparina y la quiebra oficialista.
Este empecinado
proyecto es un atentado al PROGRAMA DE GOBIERNO con que iniciamos la
transformación política el año 2006, compromiso del Movimiento al Socialismo por
el cual empeñé toda mi existencia profesional idealizando a un partido y a un
proyecto que devino en frustración en el cumplimiento de la oferta ideológica y
que además, atenta a la esencia de la nueva CPE por el cual luchamos marchando
en el altiplano hasta su aprobación definitiva el 2009.
Todos se vino abajo,
salud, educación, Pachamama, honestidad, respeto antropológico al originario, a
los valores de la ética política, a la diversidad, a la descentralización
autonómica, a la justicia independiente, a Montesquieu. Es sumamente compleja
la explicación de tanto revés. Lo patético parece estar centrado en un objetivo non santo, el de dar fortaleza a la
producción de COCA COCAÍNA ya que la siembra de la fuente adictiva envenena a
todo el universo humano originado en la hoja de coca cuyo territorio en el
Chapare se dice llega al corazón del TIPNIS.
Como médico la repugno
así como abomino la cultura de la muerte
y la violencia. Como ecologista rechazo la explotación y destrucción de
nuestros bosques y parques naturales protegidos por ley; como bioético reniego
la afrenta contra los DDHH y sobre todo, los derechos del boliviano originario
así como su indigna instrumentación política partidaria.
Hoy, 6 de agosto, siento
vergüenza por la imagen de país cocalero, cocainero; lesivo a los derechos de
la Madre Tierra, a la Pachamama en agonía, a los del originario nacional ignaro
del trasfondo cruel de su destino.
Esta mañana visité el aeropuerto
internacional de Cochabamba. Todos los ambientes estaban convertidos en
“LETRINAS” DE FÉTIDAS EMISIONES FECALES”. A mis pensamientos pesimistas se
agregaron vergüenzas. Cochabamba, en el podio de la polución, produce cocaína y
deposición que envenena el cuerpo y el alma de los bolivianos y de todo el
mundo; destruye sus bosques y lesiona la estética, el ambiente, la grandeza espiritual
y el sentimiento del habitante. Otros temas de contexto que agregan pesadumbre:
las MEGAREPRESAS brasileras, el proyecto de ENERGÍA NUCLEAR; los TRANSGÉNICOS, el ABORTO ampliado
por pobreza (responsabilidad del Estado), la corrupción.
El nivel etario alcanzado no me permite soportar más
frustraciones; sobre todo, la muerte del idealismo, la falencia de un horizonte
de resplandor bioético, la imposibilidad del humanismo socialista expectante, de
la ecología protectora, de la encíclica de Francisco irrealizable en nuestro
medio, ajena a los sueños de Leonardo Boff, lejana al neo humanismo de SILO. Se
desmorona una propuesta enaltecedora de la bondad humana. No alienta
perspectiva alguna el sueño de un mundo pacífico para los hijos y nietos.
Aquello del Vivir Bien y del Nuevo ser humano, parece un cruel sarcasmo. Que
Dios bendiga a la patria y que el porvenir sea con ella misericordioso.
Gral José Ballivián y Segurola en el
prado de Cochabamba, vencedor de Ingavi
con feble barbijo protector contra la cocaína y las heces fecales del ambiente.
Ni Gamarra, ni Belzu, ni Velasco, ni
Urdininea, ni Armaza, ni Olañeta, ni la Gorriti, fueron para él tan temibles
como la polución ambiental y las cenizas del nuevo incendio criminal del Parque
Tunari
********************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario