Gastón Cornejo Bascopé
Cochabamba, 11 de mayo 2016
Ante la pretensión de trasferir
instituciones culturales manejadas por la Fundación Cultural del BCB al
ministerio de cultura.
Parece muy apropiado que la
ciudadanía reaccione contra esta intencionalidad político-partidaria, absurda,
peligrosa e irresponsable que atenta a la preservación del patrimonio cultural que
al presente se encuentra en progreso y en proceso de autonomía administrativa.
Bien que Potosí y sus
instituciones cívicas salgan por los fueros culturales, el Rescate del Cerro de
Plata y la Casa de la Moneda; que la Sociedad Geográfica e Histórica de Sucre, demande
la independencia de la Casa de la Libertad, del Archivo Histórico Nacional y
otros repositorios contra la disposición velada de dar fin a la meritocracia, a
la competencia, la eficiencia y la honestidad en la protección y el manejo de los
bienes culturales.
La Constitución Política del
Estado prescribe en su artículo 39: “El patrimonio cultural del pueblo boliviano (no del gobierno) es inalienable, inembargable, imprescriptible”
“El Estado garantizará la protección recuperación, revitalización promoción”
“La riqueza histórica, documental, es patrimonio del pueblo” (no del Gobierno).
La Fundación Cultural del BCB es
conocida como una institución de prestigio, sólida y honesta. Fue integrada por
intelectuales de reconocido valor como Mariano Baptista G, Teresa Gisbert C,
Alberto Bayley G. Carlos Calvo G. Cecilia Bayá, Juan Carlos Calderón, Fernando
Illanez de la Riva, Jaime Ponce G. Directores de valía como Gunnar Mendoza,
Marcela Inch, Mario Linares, Edgar Valda. Escritores sobre salientes: Josep M.
Barnadas, Jorge Querejazu, Charles Arnade, Joaquín Aguirre. Y desde la Gerencia
del BCB, profesionales de gran jerarquía como Raúl Garrón Claure. Todos en
conjunto gestaban creativamente la correcta marcha institucional.
El patrimonio, per ser, es
trascendental. Ya irritó el alejamiento arbitrario de personajes como Teresa
Gisbert, Marcela Inch, Loayza, Garret, totalmente criticable por la acción
política de los autores del Ejecutivo.
Los antecedentes que registré,
como Senador de Bolivia 2006-2009, me llevan a expresar mi total rechazo
al proyecto de transferencia. La desconfianza es total. Se perdieron los
retratos originales de Bolívar y Sucre que la familia de Blanco Galindo entregó
al cuidado de la Cancillería. Descubrí los manejos irregulares del vice-Ministro
de Educación; luego Ministro de Cultura en el manejo de Tiwanaku. Las
arbitrariedades del ex Ministro de Cultura en la Embajada de Bolivia en París
ante la Unesco. Las del Parlamento Andino, etc. ¡Cómo aprobar una disposición
tendenciosa cuyo objetivo es emplear
militantes oficialistas en altos cargos de la administración cultural?
¿Y el Fondioc? ¿Y la Galería de Prefectos en la gobernación de Cochabamba? Mi
entronque familiar con descendientes de León Galindo, Pedro Blanco, Burdett
O´Connor, Blanco Galindo, que entregaron multitud de joyas históricas a la Casa
de la Libertad, se encuentra necesariamente susceptible.
Como Presidente de la Sociedad de
Geografía, Historia y Estudios Geopolíticos de Cochabamba, como miembro
Correspondiente de la Geográfica e Histórica de Sucre, expreso mi total
adhesión al Manifiesto emitido por ella cuyo contenido es de suyo muy respetuoso
ante una disposición a todas luces perversa. Por supuesto apoyo a la dignidad
del movimiento potosino en todo su cuestionamiento.
*******************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario