Gastón
Cornejo Bascopé
Cochabamba
Enero 2016.
Me
cumple felicitar al nuevo Burgomaestre José María Leyes por la remodelación de
la Plaza de Armas, 14 de Septiembre corazón histórico de Cochabamba.
A
pesar de la lluvia y el gélido del ambiente, visité el lugar sagrado de los
cochabambinos para permitirme una rápida evaluación. De inicio sentí encontrarme en la plaza principal de Santa
Cruz, naturalmente con la diferencia del calor humano oriental, el aspecto
agradable de los seres del llano, y la frondosa vegetación de toboroches.
Encontré
un lugar de espacios agradables y amplias aceras, pintados los asientos, los jardines bien diseñados; el
conjunto marca satisfacción. Extrañé la
música de fondo de las pequeñas aves en trance del ocaso. Mirando al cenit, las
añosas palmeras me dijeron que el esfuerzo municipal debía premiarse. Las tres
gracias más bellas que nunca. Remozado el Obelisco erigido para conmemorar el
grito libertario de septiembre y limpias las placas conmemorativas de la acción
patriótica dispuesta por Ordenanza del Presidente Municipal don Domingo Soruco
el 30 de diciembre de 1875.
Sin
embargo, una nota de disgusto arrancó de mi interioridad un profundo alarido. Llegando
al pie de esta columna sacra coronada por un viejo cóndor que no alcanza a
alzar el vuelo, espantado, observé en el piso tres escudos. Al norte el emblema
nacional muy bien logrado; al oeste el verdadero escudo municipal; y al este,
un adefesio con banderas, lanzas, medialunas árabes e inscripción latina, identifiqué
inmediatamente el escudo del Virrey Toledo - el asesino mayor del Coloniaje en
América que dio término a cinco millones de indígenas en los socavones del
cerro de plata en la Mita genocida.
Para
conocimiento del Señor Alcalde y sus asesores: la historia del escudo de
Cochabamba se inicia con la imagen que el Virrey nombrado pergeñó para la Villa,
la figura del mayor cinismo y crueldad colonial, un león rampante central
rodeado de diez cabezas de indios degollados; imagino la reacción del pueblo al
real insulto. Otros historiadores locales afirman que fue el Rey Carlos III
quien premió a la Villa con el título de ciudad Leal y Valerosa y el escudo con
los 10 indígenas degollados. Esta última versión parece ser la más creíble. Las
imágenes reales y efigies de rostros de la monarquía imperante se utilizaban
para el juramento de lealtad y precedían los ritos oficiales.
Con
la Independencia, se pergeñó el magnífico blasón que simbolizaba nuestra
riqueza agrícola cultural.
En
el Digesto de Ordenanzas, Reglamentos y Decretos de la H Municipalidad,
publicación ordenada por el Concejo Municipal de 1893, a cargo de los señores
Enrique Soruco y Wladislao Montenegro, se configura originalmente el emblema
departamental que tiene tres cuarteles, la cordillera del Tunari abajo
(dibujado por doña Adela Zamudio): dos cuadriláteros superiores, a la derecha
una gavilla de trigo emblema de la riqueza vegetal; a la izquierda dos
serpientes de caduceo (la paz y el comercio que también figura en la moneda
boliviana). Se alza sobre él dos ramas de laurel, el triunfo alcanzado por las
luchas de la libertad, una cinta tricolor y a los lados 12 estrellas
representando a las provincias.
Cinco
años después, un artista local pintó al óleo sin firmar el escudo que figuró en el Salón de Actos Públicos con
las modificaciones dispuestas el 17 de octubre de 1898 por el H. Concejo
Municipal: “El escudo departamental tiene
la forma francesa dividido en tres cuarteles; el primero de la derecha lleva en
campo de gules, tres espigas de oro entrelazadas con cintas del mismo color; el
de la izquierda en campo de oro un caduceo de azur con las serpientes de
sinople; y el tercero que ocupa la parte inferior una balanza en equilibrio, en
cuyo primer platillo hay tres pilas de monedas de oro y en el segundo dos
pesas. El escudo con una corona cívica en cuyo centro se lee: “14 de
Septiembre” rodeado de estrellas. El
conjunto adornado por un trofeo de armas, 4 bayonetas de fusiles, un cañón en
dirección diagonal (utilizados en Aroma, la Coronilla, Sipe-Sipe, Hamiraya,
Quehuiñal), un hacha (emblema del
trabajo cuyo mango representa la makana legendaria empleada por los bisoños de
la Patria naciente); dos pabellones
superpuestos sostenidos por astas y terminados en lanceta”. La modificación
lleva la rúbrica de don Venancio Jiménez (Presidente del H. Concejo y ex Gobernador
que dio libertad a la estatua “Cobija”
detenida en prisión policial) y la de Julio Quiroga. Secretario.
El
tercer escudo que motiva mi enojo particular y que se atribuye el Municipio
actual, es un error histórico a modificar prontamente. Se trata del escudo del
Virrey Toledo, de los Condes de Oropesa o bien de alguna otra línea monárquica cuya
imagen original tallada en piedra cubre un mausoleo familiar en Madrid, figura aportada
por Adolfo Morales y acogida por el Municipio hispanófilo de entonces.
Escudo
de Toledo
Así
mismo, la bandera celeste, insignia monárquica de los Borbones, que reemplazó
la roja de Alejo Calatayud, el platero rebelde asesinado salvajemente y de
Esteban Arze, el creador de Bolivia exiliado injustamente a Santa Ana de Yacuma
por el español argentino Antonio Álvarez de Arenales Gobernador de Cochabamba
en 1813 y 1815.
Para
coleto del pueblo, a propósito de Gobernadores, (guardo la nómina) es bueno
recordar que hasta 1825 existieron 19, que desde la República hasta el primer Centenario
se contaba 109 Prefectos. Camino al Bicentenario de Bolivia, el número se
aproxima a los 300. Por orden política todos fueron excluidos de la memoria y
sus retratos, de la Galería de homenaje, fueron echados al canasto.
Se
extrema la ignorancia histórica cuando adviene la interrogante: ¿Por qué se
cambió el título de Villa por Ciudad de Cochabamba? Porque fue valerosa y leal
al monarca español, porque sus indígenas quechuas ayudaron a matar a los aymaras
rebeldes de Túpac Katari en 1781. Toledo tiene una estatua y una plaza.
Es
difícil ser consecuente con la veracidad histórica. De todas maneras,
Felicidades noble Alcalde por el esfuerzo en la remodelación de la Plaza de
Armas. Aplausos, le ruego ordene se corrija el agravio histórico.
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II.- ARMAS DE COCHABAMBA
Gastón
Cornejo Bascopé
Cochabamba
febrero 2016.
“Los historiadores que de
mentira se valen habían de ser quemados, como los que hacen moneda falsa” Don Quijote. Segunda parte. Cap III.
Efectivamente
fue Francisco de Toledo, V Visorrey, quien comisionó al Capitán Gerónimo Osorio
y Ondegardo la fundación de la Villa en el Asiento de Kanata, (por los indios kanas,
habitantes mitimaes del Cusco y otros) Valle de Kjochapampa. Comisión otorgada
el 2 de agosto de 1571, ejecutada 13 días después. Y en una segunda ordenanza, cuatro años más
tarde, a Barba de Padilla, que junte a los indios de distintos asientos para
que edificara dicha población, el 2 de Enero de 1574.
Fue
Francisco Álvarez de Toledo, hermano del verdadero Conde de la ciudad de Oropesa
en España, el responsable de la fundación mediante esa doble Ordenanza de la
Villa por voluntad propia y la de Carlos III, “por la Gracias de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragón …etc en
atención al desempeño con que la Villa de Cochabamba y su provincia han
acreditado su fidelidad en los recientes alborotos y sublevación exitada por
los indios de algunas provincias inmediatas (aymaras de Tupak Katari 1781); he venido entre otras cosas en conceder el título de Ciudad con el
dictado de leal y valerosa a la Villa de Cochabamba, Real Cédula, 20 de junio
de 1786”
(También
fue el autor de la fundación de las Villas de San Bernardo de la Frontera de
Tarija y de Santiago de Tomina (Chuquisaca)
El
historiador Adolfo Morales reproduce el Documento Nº 3 (Legajo 1567), el
Ordenamiento de Toledo a Osorio: “Por la
presente …/ Os doy comisión y facultad para
que en dicho valle de Cochabamba,
en la parte y lugar más cómodo que os pareciere al cual para los efectos
que dicho es, tomeis el nombre que os pareciere “ de donde se infiere
que el nombre de Villa de Oropesa lo dio Osorio”- por devoción al Virrey y
a la ciudad natal del virrey). Expresa el mismo historiador Adolfo Morales.
El
joven historiador Ariel Balderrama asegura que el responsable de dicho título
fue el cronista Polo de Ondegardo, pariente cercano de Osorio e íntimo del
Virrey Toledo.
Sobre
el blasón: Don Aníbal Capriles toma en copia del original del Guía del
forastero del Virreinato de Buenos Aires para el año de 1803, por don Diego de
la Vega, Visitador General de la Real Hacienda, el blasón concedido por el señor
Toledo: “La Villa de Oropeza (z) usa por
armas un escudo de Campo azul; en medio un León; y a su círculo 10 cabezas
degolladas y son las mismas de los condes de Oropeza, de cuya casa fue dicho
señor Toledo quien lo concedió” Año
1803. El Gobernador Intendente Viedma en su informe al Virrey Arredondo
asegura que “las armas que usa son las
mismas de dicha Casa de Oropeza” Fue el primer escudo de Cochabamba
ordenado por la autoridad del Perú. Posible error histórico pues el blasón de
Oropesa es absolutamente distinto, es un simple ajedreado o damero que luego
evoluciona en estructura y forma. Diho escudo fue enviado por el Rey Carlos
III.
El
escudo republicano lo conocemos gracias al Digesto de Ordenanzas, Reglamentos y
Decretos de la H Municipalidad, publicación ordenada por el Concejo Municipal
de 1893, a cargo de los señores Enrique Soruco y Wladislao Montenegro, tenía la
silueta del Tunari pintada por doña Adela Zamudio, fue modificada cinco años
después; con la rúbrica de don Venancio Jiménez y la de Julio Quiroga.
Secretario. En realidad guardamos uno anterior de 1887 reproducido en los
documentos municipales. (También con la silueta del Tunari estilizada)
Este
bello escudo modificado, y ningún otro, fue respetado hasta 1978 en que Adolfo
Morales logra reproducir la imagen que está en la losa sepulcral de la tumba
del III Conde de Oropesa, padre del Virrey Toledo, o bien de otro monárquico,
blasón dinástico que el Municipio desde entonces lo hizo propio. Escudo monárquico, gestión del Alcalde Jorge Guzmán
Ávila. (38 años)
En
un reciente escrito publicado en Los Tiempos (22 Febrero), un respetable abogado
me critica en estos términos: “El blasón
de la casa de Oropesa ha causado consternación a un ciudadano que, rasgándose
las vestiduras en señal de dolor, se ha pronunciado en sentido de que tal
emblema debe ser descartado porque él le ha otorgado, por sí mismo y ante sí
mismo, el carácter de signo ignominioso de un periodo de oprobio y esclavitud”
Efectivamente,
mi escrito aseguraba que tal escudo monárquico era un adefesio con banderas,
lanzas, medialunas árabes, torres en damero, una corona con piedras preciosas, sobre
él un ángel feminoide de abundante cabellera, batón cuadriculado, alas plegadas,
espada en la mano derecha, mundo sostenido en la izquierda, y una inscripción
latina TV-IN-EA-EGO-PRO-EA. En la visita a la plaza 14 de septiembre
recientemente remodelada identifiqué inmediatamente el escudo del Virrey Toledo
- el asesino mayor durante el Coloniaje en América - quien dio término con sus
ordenanzas administrativas a más de cinco millones de indígenas en los
socavones del cerro de plata en la Mita genocida; además, este personaje tiene
una estatua y una plaza en la ciudad de Cochabamba.
Toledo
nombrado Virrey el 7 de noviembre de 1568, posesionado en 1569 tres años
después llegó a Potosí 1572, cuando bajaron los quintos de plata destinado al
Rey en 52% considerado alarmante. Fue él quien ordenó se implante la MITA en 1573; sistema que no dejó
de ser aplicado hasta que se fueron los españoles, de ahí el Decreto de Bolívar
desde el Cusco el 4 de julio de 1825. Toledo fue el gran tirano de los indios, por haber explotado a los indios de forma inhumana y haber ejecutado al último inca de Vilcabamba, Tupac Amaru I. No fue precisamente un santo pero
está enterrado al pie del Altar Mayor en la iglesia del convento de San
Bernardo, quizá porque su secretario Eusebio de Arrieta fue autoridad del Santo
Oficio limeño y él mismo quien instaló e hizo marchar el Tribunal de la
Inquisición.
Según
Bartolomé De las Casas – y el Virrey lo escuchó en Valladolid - “En
Potosí la mortalidad indígena se elevó a 50 mil al año”, lo cual significa
8 millones en 150 años y la Colonización duró 3 siglos. Se afirmaba que “los indígenas vivían en pecado y eran seres
irracionales, tan diferentes a los
españoles como los monos son a los hombres” “siervos por naturaleza”
Sugiero
al autor del artículo mencionado, consulte a investigadores del tema, la
historiadora Dra. Itala de Mamán o bien con el Lic. Rector de Univalle Dr.
Gonzalo Ruiz Martínez, sobre cuál el significado de la Institución de la Mita plasmado
en su libro “El despojo de América”, entonces me dará la razón a la rasgadura
de mis vestiduras, en señal de dolor.
La
verdadera historia no es una mera descripción de los hechos, existe una
historia valorativa del significado moral, el contenido ético, de lo que
sucedió; y eso explica mi “consternación” al ver el escudo de Toledo al pie de
la columna de los Héroes.
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III.- EL ESCUDO DE
COCHABAMBA
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Gastón Cornejo Bascopé
Cochabamba, 16 de Marzo
2016.
El
tema es polémico y concita respetuosa reflexión histórica, y sobre todo ética.
Una mayor investigación que ofrece frutos correctores a afirmaciones erróneas
tomadas de segunda fuente me inducen a esclarecer detalles útiles para la
historia de nuestra ciudad y
departamento.
De
la interpretación de la misma, surgen
valores morales y detalles que relacionan los eventos del pretérito con la posmodernidad que
vivimos, enriquecidas ahora con las actuales concepciones bioéticas, un tanto alejadas
del saber jurídico, remarcables sobre el respeto a la vida y a la dignidad de
persona, se trate de cualquier ser humano y de cualquier tiempo en estudio; también
están conexas con el significado y la representatividad de signos y símbolos
que mensajeros nos llegan a la conciencia y a la abstracción intelectual.
Los
emblemas coloniales hasta la república fueron aquellos de la monarquía hispana:
estandarte real e imagen del rey, hasta el 14 de septiembre de 1810 fue la del
rey Fernando VII, ante los cuales se juramentaba fidelidad y precedían las
procesiones en la Villa de Cochabamba. Cuando el alzamiento de Tupac Katari,
por disposición del gobierno regional se envió un contingente de indígenas para
detener a los aymaras sublevados en 1781. Cinco años después de esa gesta,
Carlos III regaló a la villa el título de Ciudad Leal y Valerosa y fue él quien envió el escudo del león con las
diez cabezas de indígenas degollados; escudo que al parecer no tuvo el éxito esperado.
En cuanto al estandarte, Alejo Calatayud en 1730 y más tarde Esteban Arze en
1810, portaron bandera roja el primero y roja con sol naciente el segundo; y posiblemente
fue la que abanderó la victoria de Aroma. Según Ricardo Palma, banderas rojas y
negras cubrían San Sebastián en 1812 cuando se inmolaron las Heroínas.
El
escudo republicano de Cochabamba, el verdadero y conocido, con modificaciones municipales.
Adela Zamudio en 1898 según Gustavo Rodríguez confirmado por el Heraldo XI
del mismo año, dibujó
la silueta del Tunari, imagen que fue reemplazada por una balanza; se quitaron
los pabellones patrios, el cañón y los fusiles, se cambió el número y
disposición de las estrellas)
El escudo del Virrey Toledo, importado
también para la Municipalidad, apenas tiene 38 años. Ernesto Daza Rivero se
pronunció: “Exactamente. Por iniciativa de Adolfo Morales, Eduardo Ocampo Moscoso,
José Luis Baptista, a fines de los 70,
comienzos de 80, se restituyó aquel escudo real, en la gestión del
Alcalde Jorge Guzmán Ávila. El papiro con el escudo estaba archivado en el
despacho del Alcalde”. Facetas.
Los Tiempos. 8 noviembre 1998. (Wilson García Mérida).99
Finalmente,
no importa quien tuvo la iniciativa sino aquello que está detrás del símbolo:
el Virrey Toledo, el personaje genocida mayor de la Colonia; el Torquemada
creador de la Inquisición en Lima; el implantador de la Mita española (muy
distinta a la incaica original).
Por
formación académica, bioética y antropológica, el suscrito privilegia la
dignidad del ser humano sin distingo alguno, pero por conocimiento histórico,
doy realce al sufrimiento ancestral de nuestra media sangre indígena y salgo por sus fueros, de ahí el
dolor de ver el film de César Brie “Humillados y Ofendidos” en Sucre.
Insisto
en que el escudo de Toledo debe ser retirado. Es un insulto a la memoria de los
héroes inscritos en la sagrada columna de la libertad. Es el escudo de la
ignominia y la criminalidad colonial.
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BIBIOGRAFÍA
1.
Morales
de Adolfo. La Doble fundación de Cochabamba. H. Municipalidad. Ed. Canelas
S.-A. Cochabamba Bolivia. 1978.
2.
Urquidi
José Macedonio. El Origen de la noble Villa de Oropesa. Imprenta
Universitaria. Cochabamba Bolivia 1949.
3.
Coca
Fernández Víctor. Carlos III le dio rango de ciudad a Cochabamba. Diario “Presencia”.
La Paz Bolivia 1988.
4.
García
Mérida Wilson-Rodríguez Gustavo-Daza-Rivero Ernesto. Canata, cuestión
emblemática. Diario “Los Tiempos”. Cochabamba Bolivia. 8-XI-1998.
5.
Reglamento
Concejo Municipal. Prevenir la propagación del Colera Morbus. Imprenta de “14 de septiembre”, Cochabamba
Bolivia. 22 enero 1887.
6.
Anales
históricos municipales. Título de Ciudad
–Armas de la Villa de Oropesa. Pag XIX- -XX-XXI- Cochabamba Bolivia.
7.
Cornejo
Bascopé Gastón. Fundación de la Villa de Oropesa Escudo Bandera. Diario
“Opinión. Cochabamba. Bolivia. 15 agosto
2011.
8.
Razo
Guillermo-Cornejo B. Gastón. Pótojsi.
Diario “Opinión” 5 marco 1996.
9.
Ruiz
Paz Gonzalo-Cornejo B Gastón. El despojo de América. Editorial Kipus.
Cochabamba Bolivia 2014.
10.Cornejo
B. Gastón. El siglo de los Borbones en América. Medicina colonial. Potosí.
Congreso Municipal. Cochabamba Bolivia. 1998.
11.
Arze Quiroga Eduardo. Primera Población del Valle de Cochabamba y Fundación de
la Villa de Oropesa. Ed. Universitaria. Cochabamba Bolivia 10 de mayo de 1974.
12.
Guzmán Augusto. Cochabamba. Ed. Amigos del Libro. Ed Universitaria 1972. Pág.
159-160. Cochabamba Bolivia.
13. Ariel Balderrama Román. “Yo soy el primer
poblador que entró en este valle”. Ed. Kipus. Cochabamba Bolivia. Marzo 2016.
14. Los Tiempos. Febrero-Marzo 2016.
Cochabamba Bolivia 2016.
15. Página Internet. “Armas de la Casa
de Alba” Evolución emblemática. Google. 2016.
16. El
Heraldo. “Soledad” dibujó silueta del Tunari. 12 octubre 1898.
17.- Oropesa Castillo La Mancha
España.
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