domingo, 5 de agosto de 2018

SAMAIPATA


DE LA MONTAÑA TALLADA AL VALLE DE LA PURIFICACIÓN
400 AÑOS DE HISTORIA Y CULTURA
Gastón Cornejo Bascopé Agosto de 2018

El libro que se presenta a consideración de la consciencia nacional
“Samaipata” tiene numerosos patronímicos y títulos sorprendentes:  “Monumental arte rupestre; Patrimonio de la humanidad 1998; Roca tallada y sagrada; Fuerte incaico; Valle de la purificación; Lugar de encuentro antropológico; Cumbre enigmática; Santuario histórico; Monumento precolombino; Centro ceremonial, Ruinas rupestres esculpidas en alto relieve; Mega observatorio, Núcleo de convivencia histórica. Todos estos títulos son verdaderos y en realidad Samaipata fue el parentesco de las grandes civilizaciones de tiwanacus y moxos, anteriores al Tahuantinsuyo incaico. De enemigos, primero las invasiones agresivas de los Chiriguanos y luego, los españoles conquistadores en la grupa de sus caballos pisando las artes de significado incógnito.
Samaipata, hábitat de la serpiente, el jaguar y las estrellas.  Reliquia exclusiva de la cosmovisión americana.
El “Fuerte” de Samaipata es un grandioso monumento, patrimonio nacional que guarda en su intimidad secretos históricos de la existencia de culturas humanas, refinadas en desarrollo figurativo de elevada evolución intelectual.
Como el Gran Tiwanacu, la Athenas de América, la pétrea ciudad de estelas cuyo lenguaje silencioso trasciende más allá del tiempo; portador su pueblo del qhapac ñan, de los sukakollos, de las trepanaciones médicas y los mundos del  Haanan Pacha (mundo de arriba), el Kay Pacha (de abajo) y el Ukhu Pacha (mundo de adentro), de la lengua puquina del Cusco

También Samaipata con su idioma arawak amazónico, sus sistemas de seques y huacas; sus procesos religiosos y espirituales de profundidad 
civilizatoria, trasmite mensajes de eternidad, con su piedra andina oriental misteriosa y relevante sobre la fronda de la sabana cruceña.
Ese mundo antiguo donde se enredaron culturas: Palmar, Chiriguana, Chané, Guaraní en las tierras bajas y la del Tiwanacu expansivo en la altipampa; las orquídeas, helechos, serpientes, jaguares, se  emparentaron con los felinos y cóndores de altura; sacralidades todas presentes en Thaipykkhala y en Samaipata, la portada  del Amboró, el parque más bello de América.
Patrimonio cultural de la Patria y de la Humanidad, tiene creaciones naturales maravillosas, lugar santuario, convocatoria de culturas ancestrales que aún se aproximan y proyectan al mundo posmoderno con sus enigmáticas cosmovisiones a revelar en investigación e indagación científica continúa.
El libro que hoy nos ofrecen sus distinguidos autores celebrando los 400 años de Historia y Cultura de la fundación de ese hermoso pueblo oriental, es un preciado regalo colectivo de atesorados y sublimes horizontes. Compendiados están en él, la historia, los estudios arqueológicos, la pródiga naturaleza y otros tópicos descriptivos de ese lugar paradisíaco de la patria en la bella Santa Cruz.
En su lectura, encontramos pensamientos mágicos: “doblemente invadido por chiriguanos, felizmente carente de oro, a pesar del tiempo y la naturaleza cálida, se ha conservado y es visitado y comentado por seres insignes  desde los numerosos cronistas coloniales (Guamán Poma de Ayala, Pedro CIeza de León, Garcilazo, científicos notables como Tadeus Peregrinus Haenke, Alcides d´Orbigny, Erland Nordesnkiold, Martin Cárdenas, Dick Ibarra Grasso, Carlos Ponce Sanjinés, Omar Claure Callao, ciudadanos extranjeros y nacionales de gran jerarquía humana. Patrimonio boliviano atendido por miles de científicos e instituciones importantes de Alemania, España, Polonia y la Unesco que declaró el sitio “Monumento Cultural de la Humanidad”.
El equipo de escritores epiloga la grandiosidad del escrito con una breve pero significativa conclusión: ”Proteger este patrimonio representa el gran conocimiento de culturas ancestrales, dotan de sentimiento, de sentirse dignos y felices de ser parte de esta gran tierra, conocida como Santa Cruz de la Sierra y Samaipata, el rinconcito del paraíso, sucursal del cielo, capital del mundo”.
Adiciono ahora mismo un breve comentario de vivencia personal: Agosto del año 2006. Recibí en el H. Senado de la República de Bolivia, la denuncia de los arqueólogos de Tiwanacu en La Paz. La Puerta del Sol y la Pirámide de Akapana corrían peligro de extinción. La primera invadida de líquenes y  hongos, erosionada por el viento, el sol y la intemperie; se había propuesto trasladarla al museo con tecnología de seguridad, a un ambiente de cobertura protectora aunque también el museo estaba inundado por incuria y olvido, la mayor dificultad era el tenaz rechazo político.
La pirámide de Akapana corría el riesgo de ser reconstruida por ignaros en arqueología. Las estelas en total descuido, había un contrabando de reliquias y las piezas líticas adornaban el frontis de las viviendas de los concejales; en fin, negocios municipales y ministeriales que avergüenzan. Elaboré una petición de informe oral y escrito que cayó al vacío. La Unesco reaccionó tardíamente pero los memorandos de despido ya estaban procesados; se contrataron agrónomos y periodistas para reemplazar a los arqueólogos.
Existen otros sitios patrimoniales: Inkallajta, Inkarracay, Khapaj Ñan, arte rupestre de la cuenca del río de Misque (proyecto de Querejazu) a proteger y a reproducir con tecnología moderna.
Finalmente, vigente está la futura “Universidad de Síntesis” a proyectar y a ejecutar como un valor agregado de suma importancia en los sitios enunciados. Universidad de Síntesis, corazón proyectado al espacio total de la América, al mundo entero.  
La obra ecuménica, arca de supervivencia sin banderías ideológicas, sin barreras raciales o religiosas, monasterio de espiritualidad de aprendizaje humanista. Universidad del mañana; recinto donde se debatirán y aprenderán los temas fundamentales que construirán al ser humano del futuro; ciencia, arte, filosofía, psicología, ética apropiados para la nueva especie que devendrá evolucionada contra el dogmatismo, contra la marea incontenible de desequilibrio, contra el sinsentido, el desmembramiento, la conspiración de la sombra.
Ya Herbert Marcusse manifestó profético: “Pienso que la guerra nuclear  no es lo peor que pueda suceder. La real catástrofe es la perspectiva del total embrutecimiento, la deshumanización  y la manipulación del ser humano”.
Lo dijo también el pensador argentino Ramón Muñoz Soler: “La universidad clásica formaba para la cultura; la universidad moderna forma para la ciencia y la técnica; la universidad futura tendrá que formar, para el ser humano”. Esa es la concepción no utilitaria, filosófica, del nuevo ser que soñamos, si sobrevivimos al cataclismo nuclear, al ecocidio, al tecnocidio, de nuestros mundos contemporáneos violentos.
Lo dijo también el neohumanista SILO,
Mario Ruiz Cobos quien ordenó humanizar la Tierra en pos de la Nación Humana Universal: “Lo sagrado esta en nosotros y nada malo puede ocurrir en esta búsqueda profunda de lo Innombrable. Creo que algo muy bueno ocurrirá cuando los seres humanos encuentren el Sentido tantas veces perdido y tantas veces reencontrado en los recodos de la Historia. Hemos fracasado pero insistimos en nuestro proyecto de humanizar el mundo. Hemos fracasado y seguiremos fracasando una y mil veces porque montamos en las alas de un pájaro llamado “intento” que vuela más allá de las frustraciones, las debilidades y las pequeñeces. Porque no es el Fin de la Historia, ni el fin de las ideas”.
Finalmente, Universidad de Síntesis en Samaipata, Thaipikala, Inkallajata, centros donde los principios y los valores de la bioética, del humanismo universalista, de la ecología integral, del espiritualismo, enriquezcan la visión y la misión de la especie humana.
Estos pensamientos de reflexión natural son emitidos por el contenido de la obra que presentamos, generados por la mente y el corazón de esa fuente maravillosa llamada el “Fuerte de Samaipata”.
Felicidades a los autores de semejante libro de investigación científica obra.  




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