DE LA MONTAÑA TALLADA
AL VALLE DE LA PURIFICACIÓN
400 AÑOS DE HISTORIA Y
CULTURA
Gastón Cornejo Bascopé Agosto de 2018
El libro que se
presenta a consideración de la consciencia nacional
“Samaipata” tiene numerosos
patronímicos y títulos sorprendentes: “Monumental
arte rupestre; Patrimonio de la humanidad 1998; Roca tallada y sagrada; Fuerte
incaico; Valle de la purificación; Lugar de encuentro antropológico; Cumbre
enigmática; Santuario histórico; Monumento precolombino; Centro ceremonial, Ruinas
rupestres esculpidas en alto relieve; Mega observatorio, Núcleo de convivencia
histórica.
Samaipata, hábitat de
la serpiente, el jaguar y las estrellas.
Reliquia exclusiva de la cosmovisión americana.
El “Fuerte” de
Samaipata es un grandioso monumento, patrimonio nacional que guarda en su
intimidad secretos históricos de la existencia de culturas humanas, refinadas
en desarrollo figurativo de elevada evolución intelectual.
Como el Gran Tiwanacu, la
Athenas de América, la pétrea ciudad de estelas cuyo lenguaje silencioso
trasciende más allá del tiempo; portador su pueblo del qhapac ñan, de los
sukakollos, de las trepanaciones médicas y los mundos del Haanan Pacha (mundo de arriba), el Kay
Pacha (de abajo) y el Ukhu Pacha (mundo de adentro), de la lengua puquina del
Cusco
También
Samaipata con su idioma arawak amazónico, sus sistemas de seques y huacas; sus
procesos religiosos y espirituales de profundidad
civilizatoria, trasmite
mensajes de eternidad, con su piedra andina oriental misteriosa y relevante
sobre la fronda de la sabana cruceña.
Ese mundo antiguo donde
se enredaron culturas: Palmar, Chiriguana, Chané, Guaraní en las tierras bajas y
la del Tiwanacu expansivo en la altipampa; las orquídeas, helechos, serpientes,
jaguares, se emparentaron con los
felinos y cóndores de altura; sacralidades todas presentes en Thaipykkhala y en
Samaipata, la portada del Amboró, el
parque más bello de América.
Patrimonio cultural de
la Patria y de la Humanidad, tiene creaciones naturales maravillosas, lugar
santuario, convocatoria de culturas ancestrales que aún se aproximan y
proyectan al mundo posmoderno con sus enigmáticas cosmovisiones a revelar en
investigación e indagación científica continúa.
El libro que hoy nos
ofrecen sus distinguidos autores celebrando los 400 años de Historia y Cultura
de la fundación de ese hermoso pueblo oriental, es un preciado regalo colectivo
de atesorados y sublimes horizontes. Compendiados están en él, la historia, los
estudios arqueológicos, la pródiga naturaleza y otros tópicos descriptivos de
ese lugar paradisíaco de la patria en la bella Santa Cruz.
En su lectura,
encontramos pensamientos mágicos: “doblemente
invadido por chiriguanos, felizmente carente de oro, a pesar del tiempo y la
naturaleza cálida, se ha conservado y es visitado y comentado por seres
insignes desde los numerosos cronistas
coloniales (Guamán Poma de Ayala, Pedro CIeza de León, Garcilazo, científicos notables
como Tadeus Peregrinus Haenke, Alcides d´Orbigny, Erland Nordesnkiold, Martin Cárdenas,
Dick Ibarra Grasso, Carlos Ponce Sanjinés, Omar Claure Callao, ciudadanos
extranjeros y nacionales de gran jerarquía humana. Patrimonio boliviano
atendido por miles de científicos e instituciones importantes de Alemania, España,
Polonia y la Unesco que declaró el sitio “Monumento Cultural de la Humanidad”.
El equipo de escritores
epiloga la grandiosidad del escrito con una breve pero significativa
conclusión: ”Proteger este patrimonio
representa el gran conocimiento de culturas ancestrales, dotan de sentimiento,
de sentirse dignos y felices de ser parte de esta gran tierra, conocida como
Santa Cruz de la Sierra y Samaipata, el rinconcito del paraíso, sucursal del
cielo, capital del mundo”.
Adiciono ahora mismo un
breve comentario de vivencia personal: Agosto del año 2006. Recibí en el H.
Senado de la República de Bolivia, la denuncia de los arqueólogos de Tiwanacu
en La Paz. La Puerta del Sol y la Pirámide de Akapana corrían peligro de
extinción. La primera invadida de líquenes y hongos, erosionada por el viento, el sol y la
intemperie; se había propuesto trasladarla al museo con tecnología de seguridad,
a un ambiente de cobertura protectora aunque también el museo estaba inundado
por incuria y olvido, la mayor dificultad era el tenaz rechazo político.
La pirámide de Akapana
corría el riesgo de ser reconstruida por ignaros en arqueología. Las estelas en
total descuido, había un contrabando de reliquias y las piezas líticas adornaban
el frontis de las viviendas de los concejales; en fin, negocios municipales y
ministeriales que avergüenzan. Elaboré una petición de informe oral y escrito que
cayó al vacío. La Unesco reaccionó tardíamente pero los memorandos de despido
ya estaban procesados; se contrataron agrónomos y periodistas para reemplazar a
los arqueólogos.
Existen otros sitios
patrimoniales: Inkallajta, Inkarracay, Khapaj Ñan, arte rupestre de la cuenca
del río de Misque (proyecto de Querejazu) a proteger y a reproducir con
tecnología moderna.
Finalmente, vigente está
la futura “Universidad de Síntesis” a proyectar y a ejecutar como un valor
agregado de suma importancia en los sitios enunciados. Universidad de Síntesis,
corazón proyectado al espacio total de la América, al mundo entero.
La obra ecuménica, arca
de supervivencia sin banderías ideológicas, sin barreras raciales o religiosas,
monasterio de espiritualidad de aprendizaje humanista. Universidad del mañana;
recinto donde se debatirán y aprenderán los temas fundamentales que construirán
al ser humano del futuro; ciencia, arte, filosofía, psicología, ética apropiados
para la nueva especie que devendrá evolucionada contra el dogmatismo, contra la
marea incontenible de desequilibrio, contra el sinsentido, el desmembramiento,
la conspiración de la sombra.
Ya Herbert Marcusse
manifestó profético: “Pienso que la
guerra nuclear no es lo peor que pueda
suceder. La real catástrofe es la perspectiva del total embrutecimiento, la
deshumanización y la manipulación del
ser humano”.
Lo dijo también el
pensador argentino Ramón Muñoz Soler: “La
universidad clásica formaba para la cultura; la universidad moderna forma para
la ciencia y la técnica; la universidad futura tendrá que formar, para el ser
humano”. Esa es la concepción no utilitaria, filosófica, del nuevo ser que soñamos,
si sobrevivimos al cataclismo nuclear, al ecocidio, al tecnocidio, de nuestros
mundos contemporáneos violentos.
Lo dijo también el
neohumanista SILO,
Finalmente, Universidad de
Síntesis en Samaipata, Thaipikala, Inkallajata, centros donde los principios y los
valores de la bioética, del humanismo universalista, de la ecología integral,
del espiritualismo, enriquezcan la visión y la misión de la especie humana.
Estos pensamientos de reflexión
natural son emitidos por el contenido de la obra que presentamos, generados por
la mente y el corazón de esa fuente maravillosa llamada el “Fuerte de
Samaipata”.
Felicidades a los autores de
semejante libro de investigación científica obra.
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