Cuando se pueda andar
por las aldeas y los pueblos,
sin ángel de la guarda.
Cuando sean más claros los caminos
y brillen más las vidas que las armas.
Cuando los tejedores de sudarios
oigan llorar a Dios entre sus almas.
Cuando en el trigo nazcan amapolas
y nadie diga que la tierra sangra.
Cuando la sombra que hacen las banderas
sea una sombra honesta y no una charca.
Cuando la libertad entre a las casas
con su pan diario, con su hermosa carta.
Cuando reyes y siervos junto al fuego,
fuego sea de amor y de esperanza.
Cuando el pueblo se encuentre y con sus manos
teja él mismo sus sueños y su manta.
Cuando al mirar la madre
no se sienta dolor en la mirada y en el alma.
Cuando en lugar de sangre por el campo
corran caballos, flores sobre el agua.
Cuando la paz recobre su paloma
y acudan los vecinos a mirarla.
Cuando el amor sacuda sus cadenas
y le nazcan dos alas en la espalda.
Sólo en aquella hora
podrá el hombre decir
¡que tiene patria!
Qué bien plasma el verso de autor desconocido para mi
Patria enferma y contradictoria. Otro Aniversario sin justicia social, sin
dignidad ni coherencia política partidaria.
La Patria tiene una connotación sagrada en nuestras
vidas, ella es digna del mayor respeto y del más puro sentimiento.
Yo amo a mi Patria como también tú, ciudadano, la amas
con exceso, en ello logramos empatía y compromiso. Sublimemos en su honor,
congregados, la veneración y el amor hasta cerrar los ojos de la precaria
existencia.
Sí, que le nazcan dos alas en la espalda a todos los
hijos de la Patria. Ya imaginó logrando simbología al artista del pincel
y los colores; configurando el Hombre del mañana, el ser superior ahíto de
bondad y sentimiento. El futuro hijo de la Patria, con aura de valores y
principios, inteligente y digno, dechado de honestidad y sacrificio, sea
él, ejemplo de pureza y de mensajes.
Gastón Cornejo Bascopé
6 de agosto 2013.
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